Wednesday, 26 September 2007

Volvemos en...


Nos los contaban los periódicos ayer, TVE sólo podrá emitir 11 minutos de publicidad por hora a partir de enero de 2008, lo que significa un minuto menos que en la actualidad. Ahora bien, ¿nos lo tenemos que creer? Ahí va un ejemplo real: El rey de la comedia, de La 2, esa cadena supuestamente minoritaria que tiene poca audiencia y muchos creen que por ello menos publicidad. El programa apenas dura 25 minutos de reloj. No ha llegado al cuarto de hora cuando TVE lo corta para ir a publicidad. Un minuto, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce y... quince a falta sólo de ocho segundos. Triste pero cierto, y no contaré cómo siguió esa supuesta hora de televisión en la que sólo se podían emitir 12 minutos de publicidad porque es para llorar.

¿Dónde está el truco? En las autopro-mociones, los patrocinios y demás inventos, que no contabilizan como anuncios. Aquello que los espectadores ven como publicidad pura y dura, porque interrumpe el programa, la serie o la película que están viendo, no lo es para nuestras cadenas pero tampoco para una ley que se puede considerar todo menos ambiciosa. Habrá quien diga que hecha la ley, hecha la trampa y quizás no le falte razón. ¿Puede durar más el bloque de publicidad que cualquiera de los segmentos del programa que estamos viendo? Si la respuesta es positiva, como es el caso, está claro que, con ley o sin ella, alguien no está haciendo bien su trabajo.

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