Los directivos de Cuatro no deben estar muy contentos con los presentadores de esta cadena. Quizás no lo estén con los programas y series. La gala de presentación de la temporada ha sido emitida con nocturnidad y alevosía a las tantas de la madruga del sábado al domingo. Escondida, como si se avergonzaran de lo que han preparado para el nuevo curso, y sin avisar... ni en su propio teletexto.
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Cierto es que la puesta de largo de la nueva programación, pese a contar con la casi totalidad de los profesionales que dan la cara en la cadena, fue algo muy sencillito, con muy pocos recursos y muchos fallos técnicos (comprensibles). Sin embargo, dio la sensación de que Cuatro emitió una fiesta privada a la que no quería invitar a sus espectadores y que por ello buscaron el horario más absurdo. Los (pocos) espectadores que lo vimos nos sentíamos como en aquella fiesta de Mecano, a falta de Coca Cola para todos y algo de comer. Una pena. Prometen que el año que viene será algo más grande. Lo que no aclaran es si buscarán un horario más decente o, por lo menos, avisarán a los espectadores por si alguien lo quiere ver. Es eso o a sus responsables les ha gustado tanto internet que, aprovechando el apagón analógico, ya hacen cuentas para cerrar la cadena y empezar a emitir exclusivamente por el Youtube.
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