Pues Gran Hermano 11 ya está en marcha desde el domingo y por el escaso eco que se han hecho las columnas televisivas del estreno la cosa ha sufrido un serio desgaste y por mucho que Mercedes Milá se vista de Fruta, como una chica Chín-Chín*, y por mucho que se empeñe en vender que todo es nuevo la cosa ya no crea la misma expectación ni de lejos.
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Pero bueno, más de uno me ha escrito al mail reclamando su dosis anual de GH TELEpatético y como dicen que el cliente siempre tiene razón, y a pesar de la desgana que me ha causado su estreno y las mentirijillas de la Milá hablando de una nueva era, de que todo es distinto y las mismas gansadas de siempre para luego largarnos con más de lo mismo, pues aquí está el deseo cumplido.
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Gran Hermano ha vuelto y la pregunta es si alguien lo ha echado de menos. El primer programa fue exactamente igual que los de las diez temporadas anteriores, incluso la que presentó Pepe Navarro. Todo sigue igual, o casi. Igual, al menos, que sus últimas ediciones: con sus dos casas, las mentirijillas que deben ocultar los concursantes y los mismos concursantes de siempre. Porque los nombres y las caras cambian pero cada participante es fácilmente intercambiable con uno anterior, se nota demasiado que buscan siempre los mismos perfiles y no arriesgan mucho.
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Lo he dicho alguna vez, pero pese a su éxito (son ya once ediciones) no me gusta la adaptación española, el llamado "experimento sociológico" me parece un embuste, una versión light y censurada del formato original que consiste, principalmente, en ver tetas, culos y pitos. Porque la mayor parte de la gente que ve el formato, aquí y donde se emita, y se conecta a sus resúmenes lo hace por el morbo. Aquí alguien se inventó el edredoning, luego el programa se inventó lo de apagar cámaras y dejar sonido para que las parejitas se lo monten y al final se ven escenas más subidas de tono en Sálvame y cualquier programa basura de la cadena (y de la competencia) que en este Gran Hermano Light o Gran Hermano Zero que hacen para no incomodar a la Milá, su presentadora estrella, la que en la primera edición decía que no era quién para meter caña a los concursantes y que luego fue abducida por las ganas de bronca que Pepe Navarro tenía cuando presentaba el programa.
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Y precísamente, en España han matado las ganas de ver sexo de los espectadores internacionales por las ganas de ver broncas, insultos y humillaciones entre concursantes, que es algo como muy español y que, parece, es apto para todos los públicos y luego, cada una y cada uno que se desnude en la portada del Interviú según vaya saliendo de la casa: el verdadero negocio.
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[Gran Hermano 11 se emitió el pasado domingo por la noche en Tele 5]
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*Para quien no sepa quiénes eran las picantonas chicas Chín-Chín y para que no se sorprenda si un día a la Milá le da por ponerse a bailar en mitad de la gala, era esto (dado la prisa que muestra Tele 5 por retirar vídeos sonrojantes en YouTube, date prisa en darle al play, para ver estos dos momentos históricos de la cadena):
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