
He leído que el estreno del magacín matinal y sabatino de Inés Ballester ha sido un fracaso en audiencia. No creo en los programas matinales del sábado dirigidos a un público adulto. Y se echan en falta espacios como La bola de cristal o Cajón desastre. Con sus series. Sus irreverencias. Su forma de hacer escuela. Que tantos años llevan desaparecidos de la pantalla y sin conocer digno sucesor.Vi con curiosidad la puesta de largo del programa que toma prestado el título del matinal que presentó Pepe Navarro en TVE. Como Por la mañana tomaba prestado el nombre del programa del mítico espacio de Jesús Hermida. Que no se preocupe su presentadora, porque cuando le cancelen el espacio le podrán dar otro para la mañana del domingo que se llame En buena hora, tomando el nombre del programa con el que Joaquín Arozamena sustituyó a Navarro en las mañanas de TVE y podrá completar así la trilogía. Si no lo vieron, lo imaginarán, el programa no aporta nada nuevo pero, y eso es quizás lo que no sepan, ofreció una imagen que no se había visto por televisión en muchísimos años: Inés Ballester, despierta. Fue un momento, sí, apenas un par de horas y es más que seguro que el sábado que viene vuelva a su letargo habitual por otros diez años. Pero sólo por eso, mereció la pena.
[El día por delante se emite los sábados a las 11.30 h. en La 1]
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