Cuatro ha adaptado su programa fetiche, Fama ¡a bailar!, a los más peques. Jóvenes de
11 a 17 años que lo hacen francamente muy, pero que muy bien. Miradas blancas que se someten al juicio de un jurado que, afortunadamente, muestra
todo su respeto y les anima a continuar pese a que no sean elegidos. No se trata de romper sueños y en eso Cuatro está teniendo un cuidado especial. Aún más teniendo en cuenta que los
chavales sienten admiración por estos profesores a los que han visto meter caña a los mayores.
Cuatro ha conseguido, además, el equilibrio perfecto porque tampoco cae en en la empalagosa admiración
"sólo porque es un niño el que lo hace" mientras enfocan
las lágrimas del papá y la mamá de turno que tanto se ha visto en otros programas televisivos de aspirantes a estrellas en miniatura.
Los participantes de
Fama School son menores, sí, pero se comportan como adultos, como
verdaderos profesionales que tienen ante sí el reto de seguir aprendiendo. Y lo mismo se puede decir de
Paula Vázquez y de todo el equipo que sale en pantalla que
escapan de tópicos y les hablan de tú a tú pero con el máximo respeto y delicadeza, no olvidemos su edad.
El formato de Fama les ha quedado muy bien adaptado a estos chavales. Uno lo ve y es como una
gran fiesta de fin de curso donde los chavales demuestran lo bien que saben bailar.
¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Al menos, esta secuela lo es.[Fama school se emite los lunes a las 22.15 h. en Cuatro]
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