Así de sutiles han comenzado los de Saber vivir de La 1. Mostrando la puerta de
SALIDA del estudio por la que, es de suponer, han largado a
Manuel Torreiglesias. Y como si fuera una aparición, de ahí ha salido su sustituto, el doctor
Luis Gutiérrez, autodenominándose como
"El médico de la tele" (no le falta razón, él sí es doctor) y sin dar explicaciones de qué ha pasado con su antecesor. Nervioso pero funcional. Más amable que Torreiglesias, como acostumbre (tampoco es difícil) pero sin pasarse.
Había morbo por ver qué haría. Que diría. Y se ha limitado a pasar del tema. Algo así como con la muerte,
Torreiglesias se ha convertido en un tema tabú para el que ha sido durante tantos años su propio programa. Ni un saludo. Ni un guiño. Ni por su parte. Ni por la del resto de sus ex compañeros. Por no haber,
no ha habido ni careta de entrada.
Torreiglesias es ya un fantasma incómodo para el equipo de Saber vivir. Y pretenden que, como en un ejercicio de hipnosis,
los espectadores que le han seguido durante 12 años le borren de su mente sin recibir una explicación.
No ha habido llamadas telefónicas. Pero la pregunta es cuánto tardará en colarse una incisiva telespectadora que tras preguntar por su problema de salud haga una referencia al
desaparecido señor Torreiglesias. Para preguntar, qué se yo, si se lo ha tragado la tierra.
Quizás se limiten a mostrar, de forma sutil, el plano de la puerta de SALIDA. O quizás digan algo. Pasar, pasará. Algún día. Así que que vayan preparando la respuesta.
Tiempo al tiempo.[Saber vivir se emite de lunes a viernes a las 10.15 h. en La 1]
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