Hoy he tenido un susto. TP, la revista decana de televisión, no ha llegó a tiempo a los kioscos el viernes. Tampoco hoy, sábado. De pronto me ha entrado el temor. ¿Y si, como ha ocurrido con otras revistas desapareciera sin ni siquiera despedirse de sus lectores? Está claro el maltrato incomprensible que sufre de sus responsables: Cada vez menos páginas. Una calidad lamentable del papel de portada que algunos confunden con papel de fumar y que no aguanta ni el viaje de la rotativa al kiosco. Y apenas dos páginas por día para informar de la programación de los grandes canales nacionales. En total, 14 tristes páginas. Sin embargo, TP sigue siendo una revista que merece la pena. Porque no tiene sustituto. Tampoco competencia. Es la única revista que existe con ese formato. No es la guía útil y completa que un día fue y sus responsables siguen sin querer que vuelva a serlo. Ellos sabrán por qué. Pero merece seguir saliendo todas las semanas a los kioscos. Por lo que fue. Por lo que es. Por lo que debería volver a ser. Infortunadamente, parece que el número 2.204 existe. O, al menos, sí aparece en su web. Espero que llegue pronto a los kioscos y le sigan otros 2.204 más, por lo menos. Y que de una vez su editorial, Hachette Filipacchi, vuelva a creer en la revista. En otros países donde también existe contraprogramación, revistas como TP (o al menos como era antes de buena) tienen ventas millonarias. ¿Y si al TP le saliera competencia?
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