Sábado, sabadete en la tele pública. Yo estuve allí, el programa que iba a reunir de nuevo a la familia en torno al televisor, dejó de lado la nostalgia ñoña y puso en práctica el sabio consejo que le daba el Señor Galindo a Javier Sardá al principio de Crónicas marcianas. Ya saben, si la audiencia baja: "tetas, tetas y tetas". Y en TVE está bajando tanto la audiencia que... con aquello de que le dan la mano y se toman el brazo nos mostraron no sólo tetas, también hasta "el felpudo de la Cantudo" (tal y como narró la voz en off más famosa de Cuatro), además de mucha teta decorando las megapantallas del plató. ¿Adivinan? Pues sí, duplicaron la audiencia de la semana anterior.
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Vamos, que en TVE son unos cachondos, pero Ana Blanco y Lorenzo Milá están dando las gracias porque los Telediarios hayan recuperado el liderazgo de audiencia. A la vista de cómo se las gastan sus nuevos jefes, ya se veían como esos presentadores que a cada noticia que dan se tienen que quitar una prenda de manera más o menos seductora y acaban dando el final del informativo en bolas por aquello de mantener la audiencia. Hay quien dice que Milá ha empezado a llevar siempre corbata sólo para tener una prenda más encima por si algún día aprietan las audiencias.
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Claro, que no se sabe qué fue más surrealista, si las ganas de enseñar cacha de Yo estuve allí o la entrevista babosa que le hizo Carolina Ferre a la nietísima, que hizo que la tele pública retrocediera, literalmente en formas y maneras por las que transcurrió la entrevista, a los tiempos en los que su abuelito era el dueño el cotarro. Se echó en falta una periodista más sagaz y con más picardia. Por cierto, ¿sabrá Carolina Ferre cómo terminaban los programas de entrevistas de Ángel Casas, ese otro entrevistador que le precedió en TVE? Pues que se asegure de tener siempre una señorita en el plató... o que empiece a llevar corbata como Milá.
[Yo estuve allí se emite los sábados a las 22.40 h. en La 1]
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