Tele 5 ha recuperado un Tomate rejuvenecido para sus sobremesas. Es lo mismo, con la misma gente, los mismos cebos, los mismos contenidos y hasta la misma voz en off guarrilla que adorna los vídeos subiditos de temperaturas. La novedad está en que han puesto al lado del escote de la Alcayde un muchacho con apariencia adolescente y un parecido más que buscado con Fidel, el personaje amanerado de Aída. Además, han metido en el armario a todos (o casi) los reporteros que ya no sufren espinillas (ahora sólo ponen voces) y ahora sólo dan la cara "los amigos de Angelino", otros tantos púberes que disfrazan un programa de marujeo para marujas, como toda la vida, de programa de marujeo para adolescentes y mamás ansiosas de ver pequeñuelos en la pantalla jugando a ser reporteros.
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El programa está teniendo unos resultados de audiencia más que discretos, mientras la Alcayde juega a ser una especie de señorita Rottenmeyer que marca la pauta al joven y prometedor presentador al que sólo le dejan hacerle los coros a la doña, pese a que se suponía iba a ser él quien manejara el cotarro, mientras la Alcayde le echa una y otra vez dardos envenados sobre todo lo que le queda por aprender en el mundo de la tele. De acuerdo, el programa es una revisión por y para adolescentes del Tomate aliñado con alguna broma telefónica y alguna cámara oculta que, de momento no acaba de arrancar. Dicen algunas voces en internet que el fallo está en al elección del joven que da vida a Angelino. No puedo estar más en desacuerdo. El fallo está en ese empeño de la Alcayde en mostrarse tan diva, maravillosa y magnífica como se cree y empeñarse en poner zancadillas al presentador que da nombre al programa: una especie de Harry Potter del Tomate que debería a empezar a ser más cabrón precisamente con su compañera de plató. La audiencia se lo agradecerá.
[Las gafas de Angelino se emite de l-v a las 15.40 h. en T5]
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