
Interesante propuesta la del Follonero esta semana. Tras entrevistar a Arnaldo Otegi ha recurrido a dos periodistas "con tendencias muy distintas", como decía la voz en off, en busca de consejo sobre si debería o no emitir la entrevista. Por un lado, Montserrat Domínguez, de la Cadena SER. Por el otro, Luis María Ansón, de La Razón. A priori estaba cantado cuál iba a ser su recomendación. Pues no. Sorpresa. Ella dijo no. Él dijo sí. Para ella, el periodista se convierte en "portavoz" del entrevistado, por lo que le recomendó que no haga de "altavoz" de un personaje que "no dice nada nuevo". Para él, "la obligación del periodista es ofrecer información a los lectores y espectadores, porque nosotros no somos nada más que los administradores de un derecho ajeno, que es el derecho a la información que tienen los ciudadanos, y una entrevista con Arnaldo Otegi entra dentro de lo que es la libertad de expresión". Sorprendentes conclusiones, no tanto por lo que dicen sino por lo que defiende cada cuál. Al final, para quien no lo vio, el Follonero recurrió a su madre para el desempate y la acabó emitiendo. "Llevas mucho tiempo con la entrevista y por ir a Bilbao no perdiste el cumpleaños de tu hermana y si has hecho la entrevista con buena fe, pues ponla". Otra gran reflexión. Salvados rompió ayer prejuicios y animó a la reflexión. ¿Qué más se puede pedir de un programa de entretenimiento?
[Salvados se emite los domingos a las 22.20 h. en La Sexta]
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