Hipocresía con opciones

¿Qué hace una serie como Generación D.F. detrás de Física o química? ¿Nadie se ha dado cuenta de que son completamente incompatibles? La primera, dirigida a adolescentes, reales o de vocación. La segunda a aquellos a los que les toca ejercer de padres o, sin pasarse tanto, se les presupone más responsables (más por edad que por otra cosa) y están dispuestos a hacer un poco de autocrítica sobre esa generación que nació después de Franco y ya ronda (e incluso superado) los 30 años. Como también es un error no resolver la cosa en la media hora que piden y piden tantas comedias y que aquí se empeñan en estirar innecesariamente para que el espectador se canse o directamente se caiga de sueño y apague la tele para irse a la cama.

Con este panorama resultaba chungo que la nueva serie tuviera un comienzo prometedor, al menos en lo que a audiencia se refiere y, sí, se han cumplido las expectativas. Sin embargo, este primer capítulo en el que se hizo hincapié en la hipocresía y las muchas contradicciones de una sociedad que iba de liberal pero que cada vez se encorseta más en una posición conservadora, que tantas veces han criticado y critican, ha demostrado que tiene muchas posibilidades de gustar siempre y cuando, claro, se ubique a una hora en la que el público al que se dirige (y no son precisamente los adolescentes que ven Física o química) la pueda seguir tranquilamente y disfrutar así de algunos momentos realmente divertidos. De acuerdo que hubo historias que pecaron de simplonas y predecibles (aquella en la que Puyol simula una cojera para no enfrentarse a un ladrón) pero hubo otras (la pareja "de izquierdas" que tiene que dejar a los niños con la parejita gay es un ejemplo) que aprobaron con nota y dejaron entrever algunas de las muchas posibilidades de crítica social que puede explotar la serie. De momento, merece un voto de confianza aunque no va a ser fácil que en ese horario pueda sobrevivir mucho tiempo.

[Generación D.F. se emite los lunes a las 23.55 h. en Antena 3]