Aún conmocionado por la noticia de que Los guiñoles de Canal Plus/Cuatro se van al garete, tras varios días pensando cómo abordar esa crítica en el blog, lo que ha supuesto ese programa, el error que supone que se lo carguen, el fallo de cálculo que no han sabido rectificar que supuso dar carpetazo a los guiñoles de Hilario Pino y Marta Reyero, el error del muñeco sin gracia de Michael Robinson, la tozudez de mantener el de Iker Jiménez, los insuperables momentos que nos han dado estos muñecos, el inmenso vacío que van a dejar, el absurdo de esta decisión, voy y me topo con la columna televisiva de un supuesto crítico que demuestra que no ha entendido nada en todos estos años y dice cosas como que "parece que les ha tocado la hora a lo guiñoles. Pues mujer, me alegro. Jamás entendí esa recreación paralela tipo informativo que condujo durante años el muñeco de Hilario Pino y que luego sustituyeran por el de Michael Robinson. No les vi mayor atractivo a esas forzadas actuaciones de los muñecos tipo Bush, Aznar o Zapatero en la mayor parte de las veces chocando de bruces contra el lenguaje audiovisual", y se salda ahí el tema y se pone a hablar del Tour. Y se me atraganta todo, y ya sí que no entiendo nada, que igual soy yo, que igual no es él, pero que igual si no ha encontrado nada bueno/malo en estos años con lo que argumentar para llenar una columna en condiciones es que no ha sabido mirar, o no lo ha sabido entender o, qué se yo, es que igual es tonto del culo. O igual lo soy yo... por sentir fascinación por los guiñoles y no entender la crítica de este señor.
[Las noticias del guiñol se han emitido en Canal + y Cuatro]
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