Triste, muy triste´, que Jesús Vázquez nos diga que Risto ha abandonado el plató y añada un "no sé por qué" y un "te has largado de muy malas formas y con muy mala educación al final del programa, osea, que te den Risto Mejide que estoy harto ya de tanta tontería, coño, todo el día aguantando aquí".
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Fíjense en los dos detalles. Primero, lo del final del programa. El tío no se ha ido no, al comienzo, sino cuando todo había terminado. Una forma ridícula de alimentar la leyenda. Ya saben, la del ganador de verdad de esta edición. El único que no canta. El segundo detalle, que nos lo cuenten pero no nos lo enseñen. ¿Tan mal actor es que no sabe escenificar su papel? Bueno, sí, lo es. Pero ya volverá para contárnoslo, no se preocupen. Forma parte del guión del paripé.
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Fue lo único destacable de una noche aburrida donde ganó Virginia aunque el ganador moral es Chipper, pero ya saben, no da el perfil para llenar carpetas de adolescentes. Una noche en la que Ángel Llàcer (el direc) cedió el chat para mayor gloria de su ojito derecho, Iván, el rubiales que se cree Boris Izaguirre y que, adivinen, se nos metió sin camisa en la ducha, nos mostró después los gayumbos y se fue a la cama con su oscuro objeto de deseo con quien fingió un orgasmo y todo a las órdenes de los mandamases de la cosa. Pues sí, está claro que lo de menos es cantar aquí, sino dar el espectáculo. Por cierto, amenazan con una próxima edición.
[La final de Operación triunfo se emitió anoche en Tele 5]
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