
Hoy es el Día Mundial de la Televisión. Las teles lo han celebrado mirándose al ombligo y dándose premios. Poquita cosa más. La tele, hoy más que nunca, es un recipiente donde cabe todo. Especialmente los anuncios. Cada vez hay más. Pero ya no en los cortes de publicidad como antaño, que también, ahora se meten dentro de los programas. De las series. De los informativos. El logotipo de "Anunciado en TV" ha dejado de tener valor. Ahora, lo que cuenta, no es tanto meter un anuncio de 20 segundos pagados (que no tiene ningún merito si hay pasta), lo que vale es camuflar la publicidad en forma de información. Cada día hay más ejemplos. Hoy, en el Día Mundial de la Televisión convendría haber hecho una seria reflexión hacia donde avanza este medio. Hoy los espectadores celebramos un Día de la Televisión desprotegidos. La ley que nos protege contra los excesos de la publicidad no funciona. Además, tampoco hay forma de saber, a tiempo, lo que van a emitir las cadenas. Han dejado a la revistas televisivas, que tanto han hecho y hacen por promocionar a sus estrellas, en la cuneta. La Ley contra la Contraprogramación no era gran cosa, pero al menos era algo.
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